Archivo |
Por Jesús Michel Narváez
Lanzaron las críticas y ofrecieron las condolencias.
No faltaron las acusaciones y menos aún las recriminaciones cuando se confirmó que 18 de los cadáveres rescatados en guerrero, correspondían a los michoacanos que fueron levantados el 30 de septiembre pasado en Acapulco, allá en el fraccionamiento costa azul.
Pero es momento en que nadie hace señalamientos precisos.
A saber:
¿Quién es responsable de la policía municipal que no ha sido tocado con el pétalo de una rosa?
¿Quién está al frente de la policía federal destacada en el puerto y en el estado y nadie lo menciona?
¿Quién está a cargo de las compañías de militares que patrullan el puerto y cuyo nombre no se conoce?
¿Quién está a cargo de las brigadas de la Armada-Marina de México y que realiza funciones de persecución de los integrantes de los cárteles de la droga y que tampoco ha sido mencionado en medio alguno?
En Acapulco todo mundo sabe, como ocurre en Cuernavaca, en Culiacán, en Guadalajara, en Ciudad Juárez, en Durango, en Tijuana, cómo y en dónde se mueven los criminales y nadie, ninguna autoridad, los detiene.
Los dejan actuar impunemente.
Archivo |
En el puerto de Acapulco, Edgar Villarreal, La Barbie, acudía a los restaurantes ubicados en la carretera escénica y disfrutaba de los platillos mediterráneos que se ofrecen en ellos.
Asistía si no todos los días cuando menos los fines de semana. Se placeaba y las autoridades, federales, estatales y municipales, mostraron que la ceguera colectiva existe.
En playa de Rosarito, allá en Baja California –tan defendida entidad por el presidente Calderón que la pone de ejemplo-, los Arellano Félix disfrutaban de la arena, de los tragos y de la buena vista que presentaban las bellas chicas que llegaban de san diego.
Y tampoco nadie los veía.
En Culiacán, la gente del Chapo Guzmán, se pasea por los centros comerciales Y no obstante la presencia de los militares, de los marinos, de los federales, de los estatales y municipales, nunca la molestan.
En Cuernavaca viven, realizan fiestas ostentosas y ruidosas, utilizan autos de lujo, camionetas blindadas, tienen propiedades, acuden a las discos y los antros, además de contratar los servicios culinarios de diversos restaurantes y de los taxistas que trabajan como “pájaros”.
Y nadie los ve.
Y podríamos seguir por todos y cada uno de los municipios en donde se han centrado las actividades de los criminales.
Nadie, sin embargo, señala a los responsables: aquellos que están en ellos, en los municipios para rescatar los espacios y capturar a los criminales.
Es la impunidad total.
Y ahora nos bombardean con spots que hablan de tener una policía más honesta.
Buscanos el en twitter: @misionpolitica
No hay comentarios:
Publicar un comentario