Misión Política

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Distrito Federal, Mexico
JESÚS MICHEL NARVÁEZ, periodista profesional. Ha trabajado en El Universal, El Universal Gráfico; dirigió El Periódico de México y durante 25 años ha prestado sus servicios en El Sol de México y la Organización Editorial Mexicana. Es director general de MISIÓN POLÍTICA y ha formado parte, como asesor externo, de los diputados Arturo Nuñez Jimínez y Emilio Chuayffet Chemor, cuando fungieron como coordinadores del Grupo Parlamentario del PRI.

jueves, 3 de febrero de 2011

Desde ahora las divisiones; no quieren aprender en el PRI.

¿Qué le pasa a los priístas?
                                                                                  Archivo
Cuando parecía que caminaban en el mismo sentido para alcanzar la tan anhelada unidad, la fragilidad con la que construyeron sus acuerdos, se puso de manifiesto.
Manlio Fabio Beltrones -¿influyente?...¿golpeado por la cúpula con el caso Añorve?...¿se fue y se va por la libre?- presentó, en discurso no en papel como iniciativa, la propuesta de lo que sería, según su leal saber y entender, una “reforma hacendaria”, en la que se contempla la generalización del IVA al tiempo de que se reduce del 16 al 12 por ciento y se disminuye el impuesto sobre la renta del 28-30 al 25 por ciento.
Desde San Lázaro, el coordinador de los priístas, Francisco Rojas Gutiérrez –contador de profesión pero político por decisión- lanzó un “no” al IVA generalizado.
Y desde Xicoténcatl, el propio Beltrones reclamó: “si no les gusta, presenten otra propuesta”. Encontró el apoyo de Francisco Labastida Ochoa, quien aplicó un descontón de aquellos al exdirector de Pemex: “habló a título personal… no consultó con los diputados”.
Y como diría el compañero asexual de Batman: “santo bozal”.
Entre los congresistas del mismo hay divergencias. ¿A qué se deben?
Antes de la elección de Guerrero, en donde Manuel Añorve Baños fue impuesto candidato, se dice por el coordinador de los senadores tricolores –algo no demostrado pero cantado hasta el cansancio-, la relación Rojas-Beltrones caminaba por el mismo sendero. O así parecía. Inclusive, en el “destape” adelantado de Humberto Moreira, quien desde el gobierno de Coahuila manifestó su interés por dirigir al PRI cuando se hablaba de Emilio Gamboa para el cargo, no generó, por lo menos públicamente, división alguna. Gamboa se plegó y brindó todo su respaldo para que el coahuilense llegase con la unidad por delante.
También Fidel Herrera, quien había deslizado la posibilidad de sustituir a Beatriz Paredes se retiró de la contienda.
Vaya, se mostraba la unidad del tricolor.
Sin embargo, en las últimas horas se advirtió un “enfriamiento” entre quienes conforman la cúpula del priísmo nacional y que, a partir de marzo, tendrá otra composición.
Más clara la división, ni el agua. Mientras Manuel Añorve anuncia que iniciará una gira para agradecer a la gente que voto por él, en el cCEN preparan –dicen- un ejército de abogados para demostrar que hubo “cuando menos mil” acciones que pudieran ser causales de anulación de la elección en guerrero.
Y en el estado de México, su gobernador, Enrique Peña Nieto reconoce el triunfo de Ángel Aguirre Rivero y señala que así es la democracia: se gana y se pierde, apuntó el mandatario.
¿No es muestra de división que unos hablen en un tono y otros en contrario?
La afinación que mostraban los del coro tricolor comenzó a pederse. ¿Acaso el director de la orquesta no encuentra los papeles o no sabe leer música?
Sea como fuere, si desde ahora los priístas que tienen o dicen tener poder y control se dividen, habrá que imaginar lo que ocurrirá en el 2012.
Pierden la noción del tiempo los que se muestran hacia el exterior con posiciones encontradas. Y lo arrojan a la basura porque faltan cinco elecciones estatales este año y la joya de la corona es vista por las oposiciones –al PRI, por supuesto- como “alcanzable” después de que se demuestra que las alianzas pueden servir para derrotar al “invencible”.
Si Beltrones y Rojas, cada quien por su lado y con su gente, no entienden que el futuro del PRI es demostrarle a la gente que, en efecto y más allá del slogan, que sus militantes sí saben gobernar, la derrota los acompañará.
¿Será que la unidad en torno a Moreira es ficticia y que lo dejarán solo y con su alma en los comicios de Nayarit, Coahuila, estado de México y Michoacán?... ¿acaso Hidalgo sea la tumba del priísmo en materia municipal?
Ante los ojos de los observadores –dirán los actores principales que poco les importa-, Beltrones y Rojas lograron lo que el PRD y el PAN no alcanzó: que chocaran los trenes.
Sin ánimo de amarrar navajas, pero se advierte que está en juego la integración del comité ejecutivo nacional del PRI y que cada cual, como poderoso pastor, busca colocar a sus mejores opciones, personales y a lo mejor no políticas, en las posiciones relevantes y claves para los procesos electorales y el manejo del partido por los próximos 18 meses.
De seguir como hasta ahora, la división conducirá a tres puntos: no habrá reforma hacendaria –dicen que la debe proponer el Presidente y no los congresistas de oposición porque le hacen el trabajo sucio a Felipe Calderón-, no habrá unidad para avanzar en la laboral y la política y no habrá coordinación entre quienes pueden y deben esforzarse por convencer a las bases de que los candidatos del tricolor son los mejores.
¿Qué les pasa a los priístas?

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