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Distrito Federal, Mexico
JESÚS MICHEL NARVÁEZ, periodista profesional. Ha trabajado en El Universal, El Universal Gráfico; dirigió El Periódico de México y durante 25 años ha prestado sus servicios en El Sol de México y la Organización Editorial Mexicana. Es director general de MISIÓN POLÍTICA y ha formado parte, como asesor externo, de los diputados Arturo Nuñez Jimínez y Emilio Chuayffet Chemor, cuando fungieron como coordinadores del Grupo Parlamentario del PRI.

jueves, 7 de octubre de 2010

Mejor cerrar los Ifitos y los Trifitos

Mejor cerrar los Ifitos y los Trifitos

Por Jesús Michel Narváez

Cuando supuestamente México ingresó a la democracia, surgieron los Institutos Electorales y los Tribunales Electorales estatales.
Se conformaron y se conforman presumiblemente con lo mejor de la sociedad, del mundo de la academia, de las organizaciones civiles.
Son personajes que pasan o supuestamente pasan, los filtros de confianza, de talento, de conocimientos.
Son los congresos locales, que también están compuestos por aquellos y aquellas que el pueblo, los ciudadanos, deciden que los representen, quienes aprueban los nombramientos y, al mismo tiempo, otorgan los presupuestos para que operen con la independencia e imparcialidad.
Organismos que cuestan y mucho dinero… pero, conforme a las evaluaciones, no es nada en tratándose de fortalecer la democracia.
Sin embargo, los ifitos y los trifitos –vamos a llamarlos así para efectos lingüísticos-, que son las últimas instancias en sus estados, no son, a final de cuentas, los que deciden al validar o rechazar una elección.
Cuando los candidatos derrotados no están satisfechos -¿quién lo está después de perder una batalla?- acuden al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF o TRIFE), el mismo en el que están los siete sabios de la democracia, de la imparcialidad, de la pureza.
Y son ellos, los siete, los que deciden sobre una elección.
Si los siete Jinetes de la Justicia Electoral deciden que los ciudadanos se equivocaron, sencillamente revocan una elección.
Ellos, los Siete Sabios Electorales -¿cuándo habrán dejado de ser humanos?- argumentan que en su toma de decisiones consideran las formas en que se desarrollaron las campañas, la manera de utilizar los recursos, el modo de convencer a los votantes, la condición de dirigirse a los ciudadanos etcétera, etcétera.
Y después de “analizar” las impugnaciones, porque no actúan de oficio, toman la decisión.
Si la decisión final se toma en el TEPJF o TRIFE ¿para qué gastar en los ifitos y en los trifitos?
Mejor cerrarlos y se ahorrará dinero, aunque se incrementará el desempleo. ¿Cuál es la disyuntiva?

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